Comprar un nuevo coche es una de las decisiones más emocionantes que una persona consigue hacer. Con eso en mente, muchos organismos reguladores han comenzado a poner el amado "olor de automóvil nuevo" bajo el microscopio. El aroma agradable que muchos saborean cuando se sientan en su nuevo vehículo es en realidad una agregación de varios compuestos orgánicos volátiles tóxicos (COV). Los hidrocarburos policíclicos (benceno, tolueno y xileno) están altamente presentes en esta mezcla y varios estudios lo han relacionado con varios tipos de cáncer.
La legislación reciente que impone mayor consumo de gasolina y emisiones más bajas, ha llevado a los fabricantes de automóviles a reducir el peso de los vehículos. Esto significa que gran parte del coche está construido de plástico polímero reforzado. Estos compuestos incluyen hidrocarburos tanto en estado sólido como en estado gaseoso y el resultado es que ciertos compuestos químicos se volatilizarán desde la superficie de la pieza. En Química, decimos que todo tiende hacia el equilibrio, por lo tanto una parte continuará generando los gases hasta que la concentración en el material sea equivalente a la concentración en el aire circundante. Dado los tamaños de la sala de exposición de coches nuevos, esto significa una gran cantidad de gas.
Las salas de exposición no son almacenes, sino oficinas y exhibidores de ventas. Son lugares donde los curiosos se congregan, por lo tanto, los gases cancerígenos que se generan de los nuevos materiales son un peligro para el ser humano. Por lo tanto, el Instituto Nacional de Salud de los EE.UU. encargó un estudio en 2010 para establecer el tipo de amenaza de estas emisiones de los materiales nuevos en los coches. Se realizó un estudio de compuestos orgánicos volátiles en las salas de exposición de automóviles en la provincia de Varese (Geiss et al.) que estableció que 19 tipos de VOC´s estaban presentes en la sala de exhibición de los automóviles en Italia en una concentración doce veces superior a lo que existe en un hogar normal. El compuesto en mayor abundancia fue el benceno, a 97,3 microgramos por metro cúbico. Aquí en los Estados Unidos, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) establece un límite estricto de exposición al benceno (en un día de 8 horas) a 30,3 microgramos por metro cúbico. Por lo tanto, la sala de exposición de coches sería en tres veces el límite legal en los Estados Unidos.
Airocide tiene la capacidad de convertirse en una solución efectiva para controlar las emisiones de COV´s .
En el gráfico anterior, la unidad industrial de Airocide ha reducido la concentración del hidrocarburo policíclico (tolueno) en un 80% en 2 horas. En este montaje experimental, el aire en la cámara fue transitado a través del reactor Airocide NASA PCO, una vez por hora. La traducción de estos resultados a la sala de exposición de automóviles es la reducción de la concentración de benceno en un 80%, quedando en 19,4 microgramos por metro cúbico, muy por debajo del umbral regulatorio.
Las emisiones de COV son un problema creciente para la industria minorista automotriz. Los reguladores están tomando nota para tomar medidas. China y Japón aprobaron legislación para controlar esto en los últimos dos años. Corea está actualmente redactando legislación y la Unión Europea tiene una propuesta en el Congreso. Las nuevas reglas están aquí para quedarse en todo el mundo y la industria está luchando por una respuesta. Airocide provee una respuesta limpia y efectiva para el control y reducción de los COV´s.